La dinámica vencedora no cesa y el Balsamaiso de Regional Preferente creyó en sus posibilidades hasta el infinito y eso le llevó este domingo a ganar (2-3) en Baños en un partido que perdía 2-1 en el minuto 83.

La conseguida hoy en el municipal de El Poste, ha sido una victoria trabajada hasta la extenuación.  Tarde gris, lluviosa...terreno de juego muy irregular que impedía la correcta circulación del cuero, marcador en contra en dos ocasiones...Todo pintaba muy mal y hasta los más optimistas veíamos que  se escapaba el tren donde viajan nuestros sueños. Pero hoy los pupilos de Gonzalo Santamaría nos hicieron engancharnos a ese último vagón que se alejaba, con una victoria sufrida, épica, de las de antes. De las que observabamos como celebraban nuestros rivales en algunas ocasiones, antes de este cambio de dinámica. Desde el comienzo se vio que no iba a ser un encuentro para florituras. El balón viajaba de un lado al otro del campo en continuos balones largos.

El Balsamaiso, mucho más técnico que su rival, intentaba tocar el balón pero los baches y lo mojado del terreno natural lo impedían. Los locales, rocosos e intensos y conocedores de cada centímetro y peculiaridad del patatal se adaptaban como un guante a la inclemencia.

El primer jarro de agua fría deportiva llegaba en el minuto 19. Alonso Villoslada marca en jugada inocente en la primera llegada del Bañuelos.

La respuesta de los nuestros no se hizo esperar ni un minuto: Tras el gol choricero, saque directo de centro de Edu Martín que obliga al gigantón portero del Bañuelos a despejar a córner. Lo bota el propio Edu y Carles, de cabeza, manda magistralmente a la red (1-1) apenas 40 segundos después de recibir el gol en contra.

El partido continuaba feo con los nuestros empeñados en su juego de toque infructuoso en los canteros de El Poste bañuelense y se ponía más feo cuando en el minuto 40 llegaba e 2-1:

un balón suelto en la frontal es rematado por Tapia flojo pero ajustandolo al palo derecho de la portería defendida por Lucas.

Con la decepción encima de los jugadores y de la numerosa hinchada blanquilla desplazada a Baños de Río Tobía, se llega al descanso.

La segunda parte iba a ser más de lo mismo, con  balones largos que morían en las  manos de ambos guardametas o por  la línea de fondo. Mucho juego pesado, eso sí, con un Balsa más precipitado sobre el campo contrario conforme pasaban los minutos y con un Bañuelos empeñado en romper a balonazos los intentos blanquillos y en perder pelotas fuera del terreno con la complicidad del público y delegación choricera, que se demoraban en demasía en devolver el esférico al campo.

La colegiada iba tomando inteligentemente nota de las pérdidas intencionadas de minutos del conjunto rojillo.

El técnico del Balsa, Gonzalo Santamaría, se desgañitaba en la banda pidiendo fe y cabeza y comenzaba a mover inteligentemente el banquillo y la disposición de jugadores clave para morir yendo arriba arriesgando.

Pedro Vitoria había ingresado sustituyendo a Iker, Eraña entraba por Ganuza y Javi Torre entraba por Pablo Prieto. La última sustitución fue la de Ángel por Montalvo.

Patas dejaba la zaga y se colocaba definitivamente de delantero centro para cazar todo lo colgado al área e inmediaciones y habiltar a Edu y Pipa. 

Precisamente al 7 blanquillo se le escapaba por milímeros el empate al ejecutar una vaselina sobre el gigante cancerbero Mario Martínez.

No iba a suceder o mismo en la siguiente que tuvo Pipa en el minuto 83: el 7 del Balsa remata cruzado desde la derecha y el balón toca en el defensor del Bañuelos, Alexandru Sarcina, que lo desvía a la red.

El empate hizo creer más al propio equipo y a la afición. La colegiada Jara Toledano alargaba 5 minutos el partido por las 6 sustituciones de jugadores producidas en el segundo tiempo y por las citadas pérdidas intencionadas y excesivas de los rojillos. En el último segundo de partido se produce una entrada sobre Edu Martín en el vértice izquierdo del del área que bota el propio capitánmartín. El balón colgado al segundo palo es interceptado, mano en alto, tan inocente como inexplicablemente por el jugador del Bañuelos Adrián Porres, cometiendo un clarísimo penalti. 

Edu Martín consiguió materializar la pena máxima de manera excepcional, a la derecha de Mario, llevando el 2-3 al marcador y el delirio a la grada poblada de los más de 50 aficionados banquillos que acompañaron a su equipo.

El Balsa continúa  con su racha ascendente y el sábado recibe al Alberite en un partido importantisimo. 

¡A llenar El Salvador! ¡Aupa Balsa!